El hombre ha sido atraído por aquello que desconoce desde los comienzos de su existencia. Parte de esa curiosidad lo ha llevado a enfrentarse a los misterios más ocultos y oscuros de sí mismo y del universo, sin importar sus propias limitaciones, sus temores; intentando develar aquello que aborrece, a perseguir lo que está prohibido.
Nadie
puede negar esa necesidad de sentir el miedo a pesar de lo mucho que lo
detestamos, ya sea el terror o el horror. Sin embargo, muy pocos se atreven a
buscar en persona la aventura, entonces, por qué no dejar que esas sensaciones
se produzcan a través de la experiencia de ser espectador, quizá, a través de
la lectura. ¿Y
si además, a todas esas emociones le agregamos la estética del Steampunk? Esta combinación es lo que compone, de cierta
forma, al Steamgoth.
Seguro
se preguntarán qué es el Steamgoth y de dónde ha salido el término. Al igual que el Steampunk, no hay
especificaciones medidas para poder encasillarlo o clasificarlo rígidamente. Su
creador, James Richardson-Brown en el 2007, simplemente lo llamó el “lado oscuro
del Steampunk”; dejando nuevamente al libre albedrío la interpretación. Pero, si
lo analizamos, es inevitable que ambas estéticas, Goth y Steampunk, se unieran
para formar este subgénero. Pues, así como el Steampunk está basado en la
vida victoriana, la revolución industrial, las sensaciones finiseculares y el
desarrollo científico y neoclásico (que se arrastraba apenas desde el siglo
anterior); el Steamgoth también recoge
características de la época.
De esta forma, mientras la sociedad del siglo XIX predicaba sobre la razón, a puertas cerradas el ocultismo y espiritismo se convirtieron en una de sus actividades predilectas. Fue en esa misma época que se conoció una de las principales figuras del espiritismo: Aleister Crowle; o que William H. Muller creó la fotografía de espíritus (1860), incluso, fue el momento histórico en que la semilla plantada por Horace Walpole cuando publicó la primera novela gótica “The Castle Otranto” (1764), alcanzara su máxima popularidad con Ann Radcliffe y Matthew Lewis. En este renacer de lo neogótico en la época victoriana y su relación con el romanticismo, el sentimiento racional y deductivo heredado desde el siglo XVIII, además de la inmensa evolución de la revolución industrial; se unieron, y formaron una extraña combinación de terror y horror, que se desarrollaría más tarde con autores como Poe y H.P. Lovecraft. Pero, definitivamente, son Mary Shelley y Robert Stevenson las principales influencias del Steamgoth, donde sus obras abarcan esa relación sobrenatural entre la tecnología, la ciencia y lo siniestro.
Finalmente, a pesar de saber que no existe una definición exacta, podemos establecer una relación de adición entre ambos géneros. Que, como vimos, están históricamente, a través de la estética, ligadas entre sí; combinando hoy lo sobrenatural, el ocultismo, lo siniestro, el esoterismo, la estética neovictoriana, la ciencia (de la época) y la tecnofantasy para crear una nueva representación del miedo.
Pero ¿qué nos lleva a buscar este tipo de experiencia?
De esta forma, mientras la sociedad del siglo XIX predicaba sobre la razón, a puertas cerradas el ocultismo y espiritismo se convirtieron en una de sus actividades predilectas. Fue en esa misma época que se conoció una de las principales figuras del espiritismo: Aleister Crowle; o que William H. Muller creó la fotografía de espíritus (1860), incluso, fue el momento histórico en que la semilla plantada por Horace Walpole cuando publicó la primera novela gótica “The Castle Otranto” (1764), alcanzara su máxima popularidad con Ann Radcliffe y Matthew Lewis. En este renacer de lo neogótico en la época victoriana y su relación con el romanticismo, el sentimiento racional y deductivo heredado desde el siglo XVIII, además de la inmensa evolución de la revolución industrial; se unieron, y formaron una extraña combinación de terror y horror, que se desarrollaría más tarde con autores como Poe y H.P. Lovecraft. Pero, definitivamente, son Mary Shelley y Robert Stevenson las principales influencias del Steamgoth, donde sus obras abarcan esa relación sobrenatural entre la tecnología, la ciencia y lo siniestro.
Pero ¿qué nos lleva a buscar este tipo de experiencia?
Burke (1987), menciona que las pasiones que
están relacionadas con el dolor o el peligro, mientras no participemos
directamente con ellas, son “deliciosas”, aunque no placenteras sino que
sublimes. Y es esta percepción de lo sublime lo que nos impulsa a leer sobre la
muerte, fantasmas, lugares siniestros o criaturas monstruosas.
Hoy
en día existen publicaciones como Calabazas en el trastero: Steampunk (2014),
de la editorial Saco de Huesos, cuya antología está compuesta por relatos
Steamgoth, o el cuento publicado por Cristina Puig en la Antología Acronos II
(2015)
Los
invitamos a descubrir este sub genero del Steampunk, qué mejor panorama para el
desarrollo de una nueva forma de adentrarnos en las emociones provocadas por el
terror y el horror. El Steamgoth nos abre una nueva puerta a nuestras peores
pesadillas, a revitalizar el relato gótico y quién sabe, a (re)encantarnos con
las emociones sublimes de lo siniestro, a través de una estética completamente
novedosa.
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Bibliografía
Sánchez-
Verdejo, Francisco (2011)Terror y Placer: Hacia una (re)construcción cultural
del mito del vampiro y su proyección sobre lo femenino en la literatura escrita
en lengua inglesa. (Tesis Doctoral) Universidad de Castilla- La Mancha, Real,
España.
“Steamgoth”.
Revista El investigador 2011 N° 8. México.
Article
by James Richardson-Brown http://www.sydeiancreations.com/Blog/?tag=steamgoth [En línea 2-1-2015]
Tío
calabaza. Colección calabazas del trastero: steampunk. Saco de huesos,
España. http://sacodehuesos.com/selecci-n-de-calabazas-en-el-trastero-steampunk-142 [En línea 2-1-2015]
Cristina Puig. El blog de Cristina Puig. España. http://cristinapuig.blogspot.com/2013/10/me-han-entrevistado-en-un-blog-de.html# [En línea 10-01-2015]
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